sábado, 28 de febrero de 2015

LA CRÓNICA -OCTAVO

Estructura de la crónica 
En sus orígenes, la crónica fue un relato de acontecimientos ordenados, de acuerdo con una secuencia cronológica. Generalmente, estos acontecimientos eran hechos históricos de alguna relevancia, por ejemplo. Los hechos que narraron Los conquistadores españoles en sus crónicas para informar sobre, lo que ocurría en el Nuevo Mundo. Hoy en día, la crónica es una narración informativa que además de la noticia contiene una interpretación o juicio de valor. Su estructura está determinada por la sucesión temporal de hechos, los cuales les se narran siguiendo el orden en el que sucedieron. Mediante la crónica se busca recrear el ambiente en el que se produjo un suceso. Por lo general, en su estructura se distinguen tres partes:

Titulo: Da cuenta del tema de la crónica, pero a la vez busca ser atractivo para atraer la atención del lector.

Cuerpo: En él se relata el suceso que dio origen a la crónica, además presenta el tema y desarrolla el contenido.

Conclusión: Con ella el autor cierra su relato. A veces incluye un juicio de valor. Interpretación del texto.

Se pueden distinguir tres tipos de crónicas periodísticas:
• Crónica informativa. Predomina la información y hay pocas opiniones; sólo se informa sobre un suceso. Su base es la descripción.
 • Crónica de opinión. Se narra y opina alternadamente sobre los sucesos previstos, reconstruyendo, en algunos casos, aquellos que al mismo tiempo se describen.
 • Crónica interpretativa. Se enfatiza en Los juicios e interpretaciones más que en Los datos informativos esenciales. Tiene el propósito de orientar.

Esta crónica visual les permitirá comprender a fondo y reforzar los conceptos vistos en clase.



TALLER DE PRODUCCIÓN TEXTUAL ( EVALUACIÓN)

Construye una crónica: 
Lee con detenimiento las siguientes sugerencias que te indican la manera de construir una crónica, ten en cuenta los temas sugeridos 
1. Selecciona un tema para escribir una crónica. Por ejemplo: 
a. Sobrevivir a una catástrofe 
b. Expedición al polo sur 
c. Un día con los trabajadores de un zoológico 

2. Consulta información sobre el tema, de manera que puedas basar tu crónica en hechos reales. Ordena la información de acuerdo con una secuencia cronológica. 

3. Formula preguntas sobre el tema, de manera que puedas precisar algunos detalles que te servirán para escribir tu crónica. Por ejemplo: 

Tema: Expedición al polo sur. 

Preguntas: 
• ¿Cuándo se realizó? 
• ¿Quiénes participaron? 
• ¿Cuál era el propósito de la expedición? 
• ¿Qué situaciones especiales? 
• ¿Qué concluyeron los participantes sobre la expedición? ¿Se presentaron? 

4. Escribe tu crónica teniendo en cuenta los siguientes aspectos: 
• Presenta la información principal o el hecho que da lugar a tu crónica. 
• Narra las acciones relacionadas con el hecho, según fueron sucediendo. 
• Utiliza recursos expresivos para tratar de recrear el ambiente en que se produjo el acontecimiento.
• Evalúa los hechos desde tu punto de vista. 
• Incluye declaraciones de testigos y otros personajes. Esto hace de la crónica un texto entretenido e interesante. 

5. Utiliza los signos de puntuación correctamente, de manera que haya coherencia en el texto. 

6. Agrega material gráfico (fotografías, ilustraciones, láminas, etc.) que den testimonio de lo narrado. 

7. Antes de publicar tu trabajo, revisa que hayas tenido en cuenta los siguientes aspectos.

Nota: El trabajo de escritura lo realizaremos en clase, sin embargo es preciso que para el día martes 3 de marzo tengan definido los siguientes aspectos: 
Tema de la crónica que van a escribir.
Información sobre dicho tema.
Las preguntas que permitan definir de qué se hablará.
Testimonios de las personas vinculadas al suceso que se narrará en la crónica.


Literatura Precolombina en Colombia. Octavo

LITERATURA PRECOLOMBINA EN COLOMBIA 
La invasión española fue vivida por los indígenas como un proceso de imposición ideológica. Para algunos humanistas y pensadores europeos, los indígenas eran la representación del buen salvaje, el hombre que vive en paz consigo mismo y con la naturaleza. Desafortunadamente, no todos los que llegaron a América pensaban de la misma manera. La llegada de los españoles a América, a finales del siglo XV, interrumpió el proceso de tradición oral y el desarrollo de las lenguas indígenas hacia la escritura. Los conquistadores impusieron sus normas y religión en lengua española. Los indígenas que no querían ser tratados como animales tuvieron que aprender la lengua española para desempeñarse como traductores o como guías de los españoles a través de los territorios indígenas. Algunos misioneros se internaron en regiones inexploradas por los conquistadores y se propusieron rescatar la cultura, el pensamiento y el lenguaje de estos pueblos primitivos, con el fin de convertirlos al catolicismo. Mientras que la lengua española había desarrollado la escritura con muchos siglos de anterioridad al descubrimiento, las lenguas indígenas no llegaron a desarrollar una escritura tan especializada, lo cual se convirtió en una de las causas para que lenguas como el cueva, el malibú, el zenú, el tairona, el muisca, el pijao, el opón, el carare, el vetoi, el situfa, el airica, entre otras decenas de lenguas, desaparecieran rápidamente. Por estos motivos hoy en día no contamos con relatos escritos en lenguas indígenas. Los misioneros, que estaban preocupados por el bienestar de los indígenas rescataron la cultura y la tradición oral indígena pero en idioma castellano. En la traducción se han perdido muchos de los elementos y de las imágenes a las que hacían referencia los indígenas en su propia lengua. Por esta razón hay quienes afirman que no se puede hablar de literatura precolombina. Existen mitos y leyendas que se cuentan de distintas formas en muchas culturas del territorio colombiana pero que, en esencia, hacen referencia a los mismos personajes y situaciones similares. El hecho de que los relatos no hayan sido tomados de la escritura sino la tradición oral, hace que se puedan construir versiones diferentes de los mitos y de las leyendas de los pueblos aborígenes. 



CARACTERÍSTICAS DE LA LITERATURA PRECOLOMBINA 

Las características de la literatura precolombina podrían ser las mismas de la literatura de los pueblos primitivos alrededor del mundo: 
A) Son producto de la tradición oral, es decir, se transmiten de generación en generación de manera verbal. 
B) Los mitos buscan, especialmente, organizar a la comunidad, influyendo en su forma de pensar, enseñando conductas adecuadas a partir de historias, donde los personajes que no cumplen con el comportamiento que favorece a la comunidad sufren, distintas formas, el peso de su desobediencia. 
C) Incluyen elementos y sucesos sobrenaturales los relatos, que dan explicación a lo desconocido. 


LOS TEMAS DE LA LITERATURA PRECOLOMBINA 
Los temas alrededor de los cuales giran los relatos precolombinos son: 
A) La naturaleza. Para Los indígenas existe un Lazo vital que Los une a la madre tierra. Los lugares se convierten en personajes de los relatos. La madre tierra se encarga de castigar a quienes le hacen daño y de bendecir a Los hijos que son buenos con ella. 
B)La historia. Algunos de los relatos indígenas muestran La genealogía de su sociedad como testimonio de su vida en la tierra y de su semilla en otras generaciones. La historia hace que el pueblo pueda aprender de sus orígenes, de sus tradiciones y de su lugar en el mundo. Se crea la idea de identidad por el origen común.
C) La religión. La religión para las comunidades primitivas servía como herramienta para educar a la población sobre las costumbres y actitudes adecuadas de Los miembros de la comunidad. Para controlar su comportamiento se crean seres sobrenaturales. 
D) La diversión. Otros relatos precolombinos son creados para divertir a la población. Tienen un fin lúdico en el que Los Lectores pueden disfrutar imaginando los sucesos que le ocurren, a un personaje o las relaciones controvertidas entre los animales. 

PRINCIPALES GÉNEROS DE LA LITERATURA PRECOLOMBINA 
En literatura se puede hablar de tipos de textos o géneros. EL género depende de la temática y de La forma en la que se emplea el lenguaje dentro del relato. En La literatura precolombina se habla de dos géneros: el mito y la leyenda. Sin embargo, Los dos tienen elementos muy similares en cuanto a temática y forma. Por ejemplo, ambos incluyen elementos sobrenaturales, están narrados originalmente en verso y plantean un conocimiento que debe ser aprendido por La comunidad. Las diferencias fundamentales son: 
A) El mito describe los orígenes de una comunidad, de un fenómeno ambiental o de un astro. Esta explicación permite que los miembros de La población configuren un pensamiento religioso y adapten sus comportamientos y pensamientos en torno a dicha divinidad. 
B) La leyenda hace referencia a aspectos de moralidad y de comportamiento dentro de la sociedad. Los protagonistas son seres, que en la mayoría de ocasiones, padecen la justicia o injusticia de los miembros de su comunidad. A diferencia del mito, en la leyenda se pueden hacer interpretaciones sobre las situaciones que le acontecen a un miembro del grupo y se puede valorar la forma como procedió o como debió actuar. En el mito, el comportamiento de las divinidades se enseña, pero es incuestionable. 
TALLER
Teniendo en cuenta la información anterior responde las siguientes cuestiones en el cuaderno. 
1. Consulta el siguiente glosario: Profano, genealogía, lúdico, 
2. Establece la diferencia entre mito y leyenda 
3. Explica las siguientes causas de desaparición de las lenguas indígenas 
a) Invasión de territorio. 
b) Imposición cultural 
c) Ausencia de escritura en una lengua. 
4. Copia en el cuaderno y completa los enunciados. 
a) Los misioneros preservaron la cultura y la tradición oral indígena en lengua española porque... 
b) El desarrollo social que encontraron los españoles en el momento del descubrimiento demuestra que... 
c) La composición en verso de mitos y leyendas permite que...


miércoles, 25 de febrero de 2015

Instrucciones para escribir una reseña- (Octavo)

Instrucciones para escribir una crónica

Héctor Abad Faciolince
Un escritor crónico acaba siendo un grafómano y por ese camino termina practicando muchos géneros.
Por: Héctor Abad Faciolince



Como el que mucho abarca poco aprieta, termina por no ser ni novelista ni cuentista ni cronista ni poeta, por haber querido ser todas esas cosas a la vez. El escritor compulsivo se levanta y se sienta, mira la hoja o la pantalla en blanco y espera alguna señal del más allá. El sismógrafo está quieto; nada parece estar vivo en su interior. Al fin una vocecita le dice: “empieza así: como quieres hablar de la crónica usa una palabra que tenga que ver con lo cronológico, con el tiempo, por ejemplo: un escritor crónico”. Y así, el escribidor empieza: Un escritor crónico… Y sigue. Lo que importa es empezar, después una frase lleva a otra y se termina el primer párrafo.
Cuando uno tiene por oficio escribir, se sienta y siente su estado de ánimo. El ánimo le dice que ese día está novelista (y empieza un capítulo), o está cuentista (e imagina una historia), o está poeta (y un primer verso nace de la nada), o está articulista (y el artículo sale, frase por frase). La novela, el cuento, la poesía, el artículo, son géneros literarios sentados. Nunca he sido poeta, pero a veces estoy poeta. Sin embargo nunca se puede estar cronista; para ser cronista hay que salir, pues uno no puede sentarse a escribir una crónica de la nada. La crónica exige pasar mucho tiempo de pie, o en el camino, en la calle, mirando, averiguando, apuntando. Para quienes practican los géneros literarios sentados el genio está en las nalgas: en la capacidad de aguantar ahí quietos, en el asiento, sin levantarse, y pulir, cambiar, mejorar, consultar diccionarios. Pero para practicar la crónica el genio está en los zapatos.
Quien quiera ser buen cronista tiene que andar a pie, y tener buenos ojos, buenas orejas, y desarrollar ese otro órgano que los buenos cronistas comparten con algunos insectos y con la televisión: las antenas. El cronista debe tener antenas para ver —como ve el bastón del ciego— lo que se nota sin verse, y antenas para detectar y sentir donde están las historias. El cronista tiene un lema que en español puede decirse con siete monosílabos: si no se va no se ve. El cronista tiene que ir a ver para empezar a apuntar. El cronista tiene que ir porque el cronista es testigo y lo que escribe consiste en dejar un testimonio. El cronista testifica que tal cosa ha sucedido, efectivamente, porque la vio con sus ojos, o porque estuvo hablando con quienes la vieron y recorrió los mismos sitios donde aquello ocurrió.
Solo después de haber ido a ver, a pie y con ojos y con orejas y con antenas, el cronista también necesita —como el poeta, el novelista— sentarse en el asiento y tener buenas nalgas. Comprimir en palabras el relato de lo sucedido, en un orden no necesariamente cronológico, pero sí que resulte ordenado en su cabeza y en la cabeza del lector. El cronista se sienta a traducir su experiencia mental, a las palabras bien escogidas de su lengua, en nuestro caso, del idioma español. Y en ese momento usa los recursos de los géneros sentados —novela, cuento, artículo, poema— de tal manera que lo que vio en la calle, lo que averiguó oyendo y preguntando, se transcriba en palabras con gracia, con recursos aprendidos de la lectura y del ejercicio insistente de la escritura.
El cronista, después de mucho caminar, de mucho ver y oír y preguntar, se sienta a escribir. Y ahí no debe oír una voz interior, como el novelista, ni atender a una música secreta, como el poeta, sino seguir los límites de la crónica, que no son otros que los de la verdad (jamás mentir) y los de la canallada (nunca contar lo que no puede ser contado, porque viola la intimidad o la dignidad de las personas). Y nada más; eso es todo; así de fácil. Así de difícil.
Tomado de El Espectador 30 de noviembre de 2013